Existen diferentes tipos de hormigoneras, tantos como necesidades y situaciones concretas. Si atendemos a la cuestión del establecimiento y posición en las obras de estas máquinas mezcladoras, podemos hablar de:
- - Hormigoneras fijas, o semifijas, que se establecen de forma total o parcialmente permanente en el lugar donde se lleva a cabo la construcción. También pueden ubicarse en una posición estratégica desde la que se pueda servir a varias obras sin que se encuentren tan lejos que se llegue a fraguar el hormigón.
- - Hormigoneras móviles o portátiles. Suelen llevar ruedas que facilitan su transporte hasta el lugar en el que es necesario disponer de la masa de hormigón. El ejemplo más clásico sería el del camión hormigonera.
Las hormigoneras móviles, también pueden ser desmontables, que cuentan con una serie de piezas unidas por medio de tornillos, lo que hace que su almacenaje y su transporte sea bastante más sencillo.
Hay otros modelos plegables que ocupan menos espacio y resultan cómodas en determinadas circunstancias, ya que se pueden plegar las patas y el bastidor para su almacenamiento hasta el momento en que vayan a ser utilizadas.
¿Qué motor necesitas?
Pero, quizás la clasificación de tipos de hormigoneras más importante es la que hace referencia al procedimiento por el que se mueve la cuba. Dentro de esto, diferenciamos entre:
- - Hormigoneras eléctricas. Están dotadas de un motor de este tipo, lo que hace necesario tener cerca alguna toma de corriente o un generador eléctrico que sean capaces de alimentarla.
- - Hormigoneras de motor. En esta categoría existen hormigoneras de motor diésel, que funcionan con gasóil, lo que permite una mayor potencia, o de motor de gasolina, modelo más común por su alto rendimiento.
Antes de escoger entre diferentes tipos de hormigoneras, tenemos que tener muy presentes nuestras verdaderas necesidades. Así, las hormigoneras eléctricas son apropiadas para trabajos más sencillos, por ejemplo de bricolaje. Su capacidad suele ser menor y se dedican más a trabajos ocasionales.
Son muy útiles para tareas no muy exigentes, porque resultan bastante más ligeras y manejables y además son más económicas. Por otra parte, además de necesitar de forma imprescindible una toma de corriente o generador, no se utilizan en situaciones en las que se requieran masas superiores a los 180 litros.
Las hormigoneras de motor, ya sean diésel o gasolina, se pueden destinar a trabajos más profesionales, porque proporcionan mayor potencia y son más robustas. Además, están dotadas de mayor autonomía en obra, ya que no hacen imprescindible la existencia de una toma de corriente.
Su potencia las hace útiles para todo tipo de usos, en los trabajos de mayor envergadura y pueden accionarse en cualquier lugar que cuente con la ventilación suficiente. Un inconveniente de este tipo de hormigonera, en épocas de frío, es que necesitan un calentamiento de motor previo antes de su uso para conseguir un mejor rendimiento.
¿Qué tamaño elegir?
Por otra parte, también es importante el tamaño de la cuba, que determinará el tipo de trabajo al que la hormigonera puede dedicarse. La cuba es el recipiente instalado en el tambor giratorio de la máquina.
Hay que tener en cuenta que la capacidad de la cuba resultará siempre mayor que el volumen total que alcanzará la mezcla final, lo que significa que la cantidad de masa o cemento resultante siempre será menor.
Por término general, para una cuba de 150 litros de capacidad se pueden obtener unos 125 litros de masa. Según esta cuestión, podemos distinguir:
- - Hormigoneras de uso doméstico, que cualquier persona puede utilizar para realizar pequeñas tareas de bricolaje, como puede ser el levantamiento de pequeños muros. Son más ligeras y la capacidad de su cuba oscila entre los 125 y los 180 litros.
- - Hormigoneras de uso profesional o industrial. Son las que utilizan los profesionales de la construcción. La capacidad de la cuba es superior, en un intervalo que puede oscilar entre los 135 y los 320 litros. Además, son más robustas y resistentes a un trabajo más continuado en plena obra.
Precauciones a la hora de utilizar una hormigonera
En cualquiera de los casos, la persona que vaya a utilizar las hormigoneras debe guardar una serie de precauciones, entre las que se encuentra seguir al pie de la letra las instrucciones que proporciona cada fabricante y conocer de forma clara cómo funciona.
Aunque se trate de trabajos ocasionales o de hormigoneras para bricolaje y otros modelos ligeros, es muy recomendable usar siempre la indumentaria adecuada, como una medida de seguridad y protección. Esto incluye lentes para proteger los ojos, guantes y botas de goma que aíslen de cualquier sacudida y una vestimenta que no resulte demasiado holgada o con partes muy salientes, para evitar la posibilidad de que resulte atrapada por alguno de los elementos en movimiento de la maquina.
Si la hormigonera es eléctrica, la conexión a la toma de corriente debe asegurarse con manguera antihumedad y se debe verificar de forma periódica el funcionamiento correcto de la toma a tierra, para evitar accidentes.
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