Cuando tomamos en cuenta la situación de algunos países en desarrollo, la demanda de acero sigue creciendo de forma exponencial. Dada la escasez resultante, el bambú se ha convertido en una excelente alternativa de sustitución debido a sus propiedades de resistencia, abundancia y manejo.
De hecho, un criterio esencial para reforzar el cemento está relacionado con la fuerza de tensión, lo cual puede apreciarse en la estructura del bambú. En su hábitat natural, la composición tubular que lo caracteriza presenta gran resistencia a las condiciones ambientales. Al fortalecer sus puntos débiles mediante técnicas innovadoras, lo hacen un candidato ideal como refuerzo.
Al igual que con el acero, resulta necesario someter al bambú a las pruebas correspondientes para conocer su calidad y propiedades básicas de fuerza y resistencia. Dado que existen más de 1500 especies, todas tienen cualidades distintas, por lo que es importante saber cuáles son las más idóneas.
Para llevar a cabo este proceso, se puede tomar en cuenta lo siguiente:
Edad y color. El bambú debe tener al menos 3 años, por lo que su color característico a esa edad es marrón.
Cosecha. Lo más aconsejable es no tomar en cuenta los árboles que hayan sido cortados durante la primavera o el verano.
Longitud. Dentro de lo posible, lo ideal es utilizar los bambúes que poseen las cañas más largas.
En principio, el bambú es un material ortotrópico, lo que implica que contiene fibras. Esto también significa que tiene poca fuerza en sentido transversal y bastante a lo largo de sus filamentos. La estructura longitudinal se asemeja a un material compuesto con fibras de celulosa alineadas.
La razón por la cual puede soportar grandes vientos se debe a que los filamentos que integran este material son más gruesos en los extremos de las cañas.
En términos de refuerzos de bambú para el concreto, la retención de agua resulta fundamental para determinar su utilidad. Esta propiedad puede modificarse mediante tratamientos especiales, pero las especies menos absorbentes son: Dendrocalamus giganteus (DG) y Vulgaris schard (VS).
En el caso de una armazón con cerchas que facilita la adhesión al cemento, lo mismo debe suceder cuando se utiliza el bambú como elemento reforzador. En este sentido, el nivel del poder de fijación depende la cualidad adhesiva del concreto y las fuerzas compresivas superficiales durante el proceso.
Si el bambú no ha sido tratado adecuadamente, puede afectar la fuerza de adhesión de las siguientes formas:
- Mediante la creación de vacíos dentro de la estructura de cemento.
- El bambú podría hincharse, lo que provocaría un desplazamiento del concreto.
- A través de la creación de grietas debido a la formación de vacíos.
Puesto que el bambú está expuesto a condiciones ambientales e insectos, se hace necesario una curación adecuada para incrementar su durabilidad y eliminar el contenido de almidón y humedad. Para ello es esencial escoger la especie correcta. Los procesos disponibles son:
- Curado en el terreno.
- Proceso de inmersión.
- Mediante calentamiento.
- Por medio de humo.
Hecho esto cuando el material está seco, el resultado correspondiente no debería afectar su composición química. Además, las consideraciones para la mezcla deben basarse en un bajo contenido de agua y cemento de alta resistencia inicial para evitar grietas.
En todo caso, esta novedosa forma de utilizar un elemento de la naturaleza, que por sus propias características tiene una dureza excepcional, se puede convertir en una alternativa viable para personas de bajos recursos económicos de países en vías de desarrollo donde el bambú es un elemento que fácilmente puede encontrarse.